lunes, 24 de agosto de 2015

Día de hacer

Four Eggs

—¿Sabés que las gallinas ponen un solo huevo por día? —dice el mayor, divertido y escandalizado—. ¡Uno solo!
Recuerdo al viejo escritor de Florida y su aseveración de que cada vez queremos las cosas más rápido. Nadie sabe fabricar un huevo, le respondo, remedando sin querer el Nadie puede fabricar una manzana de Eduardo. Es una cosa increíble, un huevo: un centro de yema alimenticia dentro de la clara protectora, dentro de una cáscara calcárea. Solo las gallinas saben cuánto tiempo es necesario.

Por otro lado (pienso, pero no le digo para no complicarle las cosas), cada vez estamos más cerca de la carne de laboratorio. Un huevo no debería ser tan difícil.

Más tarde, le comento la idea de un huevo artificial a mi amiga Clara, y le parece un horror. No entiendo la distinción, le digo, un huevo es un huevo: un globito de proteínas y ácidos grasos; pero no hay caso. El espíritu de la época incluye el horror frente a lo artificial, frente a la producción en masa. ¿Vieron Intensa mente? Todos lloramos con el destino de Bing Bong, el amigo imaginario de la infancia de Riley. En cambio, el sacrificio de cientos de novios igualmente imaginarios y dispuestos desde el vamos a "morir por Riley", es casi un rasgo de humor. ¿La diferencia? Bing Bong es único mientras que los novios... salen de una máquina. La teoría económica del valor se proyecta sobre el valor emocional. Se los dejo para que lo mastiquen.

De manera que tal vez nadie quiera huevos artificiales. Salvo las gallinas.

domingo, 23 de agosto de 2015

Día de tener miedo

Malayan flying fox 2


Parecería que llevamos impreso el miedo a ciertos bichos: serpientes, arañas, insectos varios. Como un recuerdo de nuestro pasado de pequeños mamíferos. ¿Cuánto hay de instintivo, cuánto de aprendizaje social? No lo sé, pero sería interesante que lleváramos el miedo en genes que pudiéramos identificar. Sería como encontrar un baúl de los recuerdos genético. Escaso, apenas un par de fotos muy borroneadas, pero recuerdos al fin.

Un argumento en contra de esta idea es que los animales que no conocen al hombre no le temen. Y somos de temer. Circula por ejemplo la hipótesis de que los humanos nos llevamos puesta a la gran fauna del Pleistoceno, los bichos raros de las películas de La era de hielo. Y ya que hablamos de esas películas, sabemos con seguridad que los humanos extinguieron a los dodos, un ave de la que tenemos el nombre, un par de huesos y unos dibujos poco confiables. Una especie extinguida por la mera diversión de matar: el dodo no era bueno para comer, ni era plaga, ni constituía ninguna amenaza.

Quién te dice, tal vez exista esa memoria genética; tal vez el resto de los animales no la tiene acerca de nosotros porque somos sumamente eficientes a la hora de extinguir a otros.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Día de inventar la perfección

Do Androids Dream of Electric Sheep?

Un mensaje de nuestros auspiciantes: "Obra maestra" era la obra que hacía un aprendiz para consagrarse como maestro de una actividad, en los buenos viejos tiempos de los gremios medievales. En esos días, los otros maestro juzgaban tu obra para admitirte al gremio. Hoy día es un concepto personal, no universal, por mucho que nos guste decir "esa película es una obra maestra". Y es distinto de "obra magna", aunque a veces se usen de manera equivalente.

De manera que pensalo bien: a lo mejor ya realizaste tu obra maestra, y es hora de considerarte parte del gremio que prefieras.

Día de vestirse de seda

Can anyone explain fluorescent yellow sheep to me?

"¡Qué importan las tiaras, los vestidos de raso, las fotos en las revistas: sigo siendo un monstruo!", decía la reina de belleza, mientras trataba de quitar la sangre de sus tentáculos.

martes, 11 de agosto de 2015

Día de buscar las palabras

Keep talking, not texting. 


 Pero cada vez, de su boca solo salía un crujir de hojas secas; de su pluma palotes como de preso que tacha los soles.

Día de enfrentar al mundo

Sprintertje waving!


 Dice un cuento sufí que hubo un hombre santo al que se le apareció un ángel. "Recoge agua del pozo", dijo el ángel, pues mañana el diablo hechizará el pozo y todos enloquecerán.

El santo recogió tanta agua como pudo y avisó a sus vecinos del peligro, pero nadie le hizo caso. Al día siguiente, todos habían enloquecido: hablaban y se comportaban de forma extraña. Pero al mismo tiempo, nadie se daba cuenta y seguían con su vida, pensando que todo era normal excepto el santo, que pensaban que había enloquecido.

Pasaron los días y el pobre santo quedó aislado de su gente, que lo miraba con pena mientras hablaban en un lenguaje nuevo de actividades y noticias que él no comprendía. Finalmente, resignado, el santo volcó sus vasijas, fue al pozo y bebió del agua. Entonces pudo entender lo que hacían los demás, esos que celebraban la curación milagrosa del pobre loco.

sábado, 8 de agosto de 2015

Día de permanecer incólume

1230 Fourth Street, NW


Mirate al espejo. Mientras lo hacés, miles de millones de células mueren en todo tu cuerpo; miles de millones nacen. Tu piel se descascara constantemente, para alegría de los ácaros del polvo. Tus huesos, ese andamio incorruptible, también se degradan y se renuevan. El esmalte de tus dientes es el recuerdo más antiguo que llevás puesto.

Vas al mar

viernes, 7 de agosto de 2015

Día de distraerse

"Era como si las personas que me rodeaban poseyeran una información que nadie me había transmitido o como si en algún momento de su vida alguien les hubiera revelado un secreto que yo, por un motivo u otro, desconocía. Era así de simple: ellos tenían claro lo que hacían en el mundo, yo no."

Guadalupe Nettel, Después del invierno

Cualquier parecido con el "efecto Facebook" es pura coincidencia.

Día de perder el norte

Blurring the Lines of Colors - Light painting

Cottleston Cottleston Cottleston Pie,
A fly can’t bird, but a bird can fly.
Ask me a riddle and I reply
Cottleston Cottleston Cottleston Pie.
Cottleston Cottleston Cottleston Pie,
Why does a chicken? I don’t know why.
Ask me a riddle and I reply
Cottleston Cottleston Cottleston Pie.
Cottleston Cottleston Cottleston Pie,
A fish can’t whistle and neither can I.
Ask me a riddle and I reply
Cottleston Cottleston Cottleston Pie.
Poema de A.A.Milne
Música de Harold Fraser-Simson



jueves, 6 de agosto de 2015

Día de molestarse ligeramente

angry bird

Son las tres de la tarde pasadas; mis dedos fluyen sobre el teclado, o fluirían si la computadora no se congelara cada vez que uso el mouse. De pronto: hambre.
No un hambre cualquiera, sino un retorcijón totalmente improcedente en mi abdomen pequeñoburgués; un hambre atávica, inmisericorde, caníbal. Hambre de salir a cazar un jabalí y asarlo al espetón mientras lo unto con miel. Mentira: lo quiero ya. Hambre de jabalí crudo.
Y en la casa, lo sé, no hay prácticamente nada. Fin de mes. Voy a la cocina, reviso la alacena: todas cosas que necesitan cocción. No hay pan, no hay fruta.
En eso mis ojos encuentran un paquete arrugado, envuelto sobre sí mismo. ¡Hurra! Son tapitas de alfajor que trajeron mis sobrinas. Un alfajorcito con dulce de leche es la dosis ideal de gula y calorías limitadas. Saco dos tapitas y voy hacia la heladera cantando Like a virgin: You're so fine and you're  mine and you know how to make me feel shiny and new. Madonna la compuso pensando en un alfajor, yo sé lo que les digo.
Abro la heladera, sé que está en algún lado. Por fin, detrás de los tuppers, aparece el pote de dulce de leche.
Pero algo está mal: la tapa ligeramente torcida deja ver el extremo de una cucharita. Tomo el pote, lo abro: vacío. Pero un vacío que hubiera enorgullecido a Robert Boyle; nada de restos que puedan rascarse; una limpieza quirúrgica. Pocos abismos más oscuros, malvados, llenos de vértigo y engaño que este. Mordor es un pelotero al lado de tanta maldad.
Mi familia bien, todos sanitos.

martes, 4 de agosto de 2015

Día de escuchar cómo crece el pasto

cornfield

No son los medios.
No es la alienación de la vida moderna.
No es el mundo mecanizante del trabajo.
No es "el sistema",

Volver del jardín no es tarea fácil: sale entusiasmado los primeros veinte metros. Después se encuentra con los amigos, los que acaban de salir de la misma salita que él y esperan a los hermanos que van a primaria. Juega un rato, y salimos. Al lado del colegio hay unas canchas elevadas. Una especie de terraplén de material ofrece la fascinación de trepar. Más allá, no hay aliciente para avanzar: me toca a mí.
Justo cruzando la esquina, el edificio tiene un adorno singular, unos cilindros de hormigón cortados al sesgo. Desde sala de dos que esos son tambores. Nos metemos, golpeamos las superficies. Yo hago sonidos de tambor; él canta. La pasamos bien.
Hoy cruzamos la calle, se metióe entre los cilindros. ¿Qué vas a tocar?, le pregunté.
Golpeó con su manita el hormigón. No puedo tocar así, dijo y golpeó de nuevo. No son tambores, es piedra.

No es nada de afuera; no se culpe a nadie.

Es que la imaginación de chicos se nos pasa, la dejamosa atrás. A la otra, la imaginación de grandes, hay que armarla.

lunes, 3 de agosto de 2015

Día de emocionarse con cualquier cosa

Art in the 798- Melty people


Cuatro momentos emotivo-intelectuales cuatro


  • Bart Simpson llorando porque, como siempre, ha reprobado un examen, pero esta vez había hecho el esfuerzo de estudiar.
  • En una de las tantas entrevistas a Richard Feynman, cuenta el momento en que un rabino le dijo que determinado contenido de la Torá debía tomarlo como metáfora. El niño Feynman se pone a llorar porque entonces ya no sabe qué es verdad y que es mentira.
  • La desazón de Guillermo de Baskerville en El nombre de la rosa al descubrir que ha llegado a la verdad por un razonamiento correcto pero con premisas equivocadas.
  • La pesadilla de la científica encarnada por Jodie Foster en Contacto, al tener una experiencia importantísima pero personal e intransferible y por lo tanto inservible como resultado científico.

  • De yapa, una alegre. En La estatua interior, la autobiografía de François Jacob, narra una pasantía en Estados Unidos en la que no logra llevar a cabo la reacción que necesita. Cuando ya faltan pocos días para el fin de la pasantía, deciden con su compañero de laboratorio declararse derrotados; llaman a sus parejas y se van a la playa. Mientras están ahí, se dan cuenta de lo que estaba fallando y vuelven corriendo al laboratorio para comprobarlo. Afortunadamente estaban en lo cierto, sino sus esposas los hubieran matado.