jueves, 4 de junio de 2015

Día de encontrarse en el fuego

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fire sprite.jpg via photopin (license)

Dicen que las primeras tribus se transformaron en civilizaciones cuando los asentamientos crecieron hasta formar ciudades. Pasado un cierto umbral de habitantes, podía haber suficientes especialistas en diversos temas como para intercambiar ideas. La cercanía geográfica favorecía la comunicación, y la comunicación, el cambio. Antes de las ciudades, no era lo mismo: las personas se reunían alrededor del fuego, contaban más o menos las mismas historias, escuchaban las mismas enseñanzas de los sabios de la tribu. Las ciudades permitieron que la gente se agolpara a contar sus pequeñas historias, que se reconocieran, apartados del ruido general. Dicen.

Ayer, la marcha bajo el lema/hashtag #niunamenos convocó a cientos de miles de personas a juntarse para protestar contra los femicidios. Hubo mucha discusión en las redes sociales sobre qué pedía la marcha, si el femicidio es esto o lo otro, si el feminismo sí o no pero.

Como tantas cosas, cobró sentido al hacerla. No pude ir a la marcha, la seguí por una televisión que se transformó, como pocas veces, en un medio de comunicación, que les dio voz a cientos de historias, una tras otra. Hoy siguió por las redes, una forma nueva de entablar diálogos. Reunidas alrededor del fuego, las mujeres de esta tribu grande fueron soltando sus historias, pintando un cuadro que ninguna estadística terminaría de pintar.

Gracias, muchas gracias a todas las mujeres que, con voz curtida por la adversidad o temblorosa por la emoción, aportaron su relato. Los encuentros, las historias, pueden cambiar civilizaciones, remodelar culturas. A veces, reunidos frente al fuego, es necesario contar historias de terror.

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