jueves, 30 de abril de 2015

Día de felicitar

Vamos a hacer un ajiaco
Entre tres o cuatro, entre tres o cuatro.
El uno pone la yuca, la calabaza
y otro el boniato.
Y a mi me toca... a mi me toca
Despues del ajiaco hecho
poner la boca.
El ajiaco, Fidelina Hernández y Mariano Sánchez

Hoy es día de festejar a Eduardo, que recibió el premio destacado de Alija en novela, por Vania y los planetas, y en cuento, por El bagrub y otros cuentos (i)lógicos. Todas las loas para él, que las merece.

Y para nat, la arrendadora de este blog, que editó Vania.

En cuanto a mí, me festejo por haber leído, qué tanto.


98 palabras de yapa

—Ya entendí.De golpe te das cuenta de que los muchachos de antes ya no son los mismos, y en cambio yo retrocedí tres casilleros, vuelve a la soltería y espera hasta que pase otro jugador.
—Tu lo has dicho, oh Gran Lama.
—Por lo que esperás anécdotas de, no sé, sexo con una garota que conocí en San Telmo.
—¿Conociste una garota en San Telmo?
—No voy a San Telmo hace siglos.
—Deberías. Mucha turista alzada.
—Juan, no me jodas. No tengo veinte años.
—Treinta y tres son buenas.
—Ponele. A los veinte tampoco levantaba a nadie.

martes, 28 de abril de 2015

Día de esperar

Esperando
Esperando by Pedro J Pacheco, on Flickr
Esperarte
es perderte en atisbos,
siluetas, decepciones.

Esperarte
es habitar mundos
que no quieren que llegues.

Esperarte
es la mejor manera
de odiar tu ausencia.



97 palabras de yapa

—Típico.
—Sí. Pero en vez de hablar de lo que íbamos a comer, hablamos de lo que llevamos al trabajo.
—Ajá. Sigo sin ver qué tengo que ver en todo esto.
—Pará. Cuestión que pasamos de hablar de viandas a hablar de los táper en los que llevamos las viandas.
—Fassscinante.
—¿Viste? Papá, estuvimos al menos diez minutos hablando de tápers. Que cuál es la mejor forma, que cuál es la mejor tapa, que si se bancan el microondas o no. ¿Entendés?
—Que están hechos cuero, entiendo.
—Exacto. Cuatro machos jugando al póquer, hablando cosas de minas.

lunes, 27 de abril de 2015

Día de no saber quién es uno

A veces siento que soy demasiada gente al mismo tiempo.
Pet Shop Boys - Too many people

doubles test
doubles test via photopin (license)

96 palabras de yapa

—No me va el fracaso, soy del tipo exitista. De los que no tienen éxito por escaparle al fracaso.
—Sí, ya sé que sos un looser. Pero aún así, Obi Wan, eres nuestra única esperanza.
—¿Esperanza de qué?
—De que vuelvas con algo que valga la pena escuchar. Sos como Colón; Miguel Colón.
—Explíquese, doctor.
—Mirá. El jueves pasado, por ejemplo. Ani se fue con unas amigas, y yo invité un par de amigotes a jugar al póquer. A vos también.
—Cierto. No pude ir.
—Eso. Mano va, mano viene, nos ponemos a charlar de comida.

Día de empezar de cero

Blank Pages In An Open Notebook
Blank Pages In An Open Notebook via photopin (license)
Lo que sigue es el recuerdo del recuerdo de algún libro en el que alguien dijo que había leído. No crean nada. En todo caso: para algunos físicos,  dado un cacho de espacio-tiempo, y los supuestos teóricos de rigor, los universos tenderían a formarse solos. Claro que puede fallar: las fuerzas fundamentales podrían tomar valores que hicieran colapsar el universo, o que permitieran que todo se disipara en radiación demasiado rápido.

Ahí entra en acción el principio antrópico: sabemos que estamos en un universo que salió bien porque estamos aquí para decirlo. Pienso, luego existo. Simple.

No es bueno andar antropomorfizando, pero si me permiten: esto equivale a decir que Dios juega a los dados —pero muchos, muchos dados—, y vivimos en una generala servida.

Otros físicos agregan una idea casi gratuita, que cambia el panorama: cada universo que no llega a ser deja un residuo. De ese residuo puede, o no, formarse otro universo.

¿Suena conocido? Si las características de un universo determinan las características del residuo, existirán residuos más "universogénicos" que otros. De entre esos, algunos producirán universos más estables, con mayor capacidad de "provrear", y por lo tanto tendrá a aumentar en proporción frente a los otros.

En este caso, que me encanta, Dios sale del bar, deja a los muchachos con los dados, y sube a su piecita a escribir. En este modelo, nuestro universo no es más que uno en una inmensa cadena de borradores, esperando su turno para que lo arruguen y desechen por otra versión mejorada.


95 palabras de yapa

—¿Y, la levantaste?
—¿A la piba? Sí, la ayudé.
—No, nabolín, te pregunto si te la levantaste.
—La levanté y seguí corriendo.
—Ajá, saliste corriendo.
—Se-guí corriendo. Estaba corriendo, me choqué y seguí. No rompas, Juan.
—No rompo. Solo aviso que las minas no caen del cielo, y vos chocaste con una.
—¿Lo cual, por una lógica enferma, la transforma en material de levante?
—Por supuesto. Tenés la excusa para charlar.
—No se me ocurriría hacer algo así, ni sabría cómo.
—Claro que no sabés, por eso tenés que practicar. Fracasar mucho y todo eso.


viernes, 24 de abril de 2015

Día de compartir libros

Author Corey M.P. at Folio Books
photopin (license)

  • Libros que te acompañan desde la infancia: Las aventuras de Tom Sawyer, Mark Twain; ¿Con cuál de las brujas?, Eva Ibbotson; Una rueda en la escuela, Meindert Dejong .
  • Libros que releíste montones de veces: El señor de los anillos, J.R.R Tolkien; Asterix, Goscinny - Uderzo; Los relatos, Julio Cortázar; Más que humano, Theodore Sturgeon; David Copperfield, Charles Dickens.
  • Libros que se te pegaron el cerebro con leerlos una vez: Si una noche de invierno un viajero..., Ítalo Calvino; Diario de Adán y Eva, Mark Twain; La medusa y el caracol, Lewis Thomas.
  • Libros que te esperaron hasta que estuviste listo: Gödel, Escher, Bach, Douglas Hofstadter; Cien años de soledad, Gabriel García Márquez.
  • Libros que siempre quisiste releer pero por hache o por be no volviste a tocar: El nombre de la rosa, Umberto Eco; El siglo de las luces, Alejo Carpentier.
  • Libros que habías querido leer toda tu vida, pero no lo sabías hasta que lo tuviste en las manos: Una breve historia de casi todo, Bill Bryson; Qué es esa cosa llamada ciencia, Alan Chalmers.
  • Libros que pensaste que no iban a ser interesantes pero sí: El gen egoísta, Richard Dawkins; Stardust, Neil Gaiman; El conde de Montecristo, Alejandro Dumas.
  • Libros que terminaste porque no te iban a ganar: Crash, J.G. Ballard
  • Libros que prestaste y nunca más volvieron: no recuerdo ninguno, qué suerte.
  • Libros que te prestaron y nunca más volvieron: minga te voy a decir.

94 palabras de yapa


—Café con leche con medialunas.
—Un cortado.
—¿Estás a dieta?
—Los viernes pedimos pizza en el taller, y estoy pipón.
—Hace mil que no como pizza. Viviendo solo, una entera es demasiado.
—Pedite una chica.
—Igual es mucho.
—La congelás. Cuando en casa sobra pizza a la piedra, junto dos porciones con el queso adentro y la meto en el tostador. Una delicia.
—Ani te debe tener contra los palos, si no estarías hecho un lechón.
—Hago ejercicio, ¿y vos?
—Salgo a correr. Deporte de riesgo: el otro día me llevé puesta una piba.

jueves, 23 de abril de 2015

Día de dar excusas

Eclats
Eclats via photopin (license)
Sí, ya sé que hace días que no publico. Es que...
...el perro se comió mi Blogger.
...hice un retiro espiritual, y me quedó vacía la cuenta de espíritu.
...fui a cambiar de sexo, pero no había del color que quería.
...naufragué en una isla del Pacífico donde los nativos solo usan la fibra óptica para jugar Candy Crush.
...dí un paseo de cinco minutos a velocidades relativistas.
...estoy escondido bajo la cama en posición fetal, hasta que políticos y encuestadores dejen de llamarme.
... me dio un ataque de amnesia lingüística, y solo podía escribir  gerundios terminados en mente.
... estuve muy ocupado escribiendo los próximos Wikileaks.
...me enamoraré de lo ultimo que escribí, y no quise romper el idilio. Ahora se fue con otro.

Sabrán disculpar. Si no saben, doy clases particulares.

93 palabras de yapa


¿Es para su trabajo?, pregunta Mario. Miro el papel: los dibujos se han vuelto borrones de tanta línea superpuesta, pero supongo que el trío aún es distinguible. No, para mi trabajo, no, respondo muy segura. Pero no sé. Vuelvo a mirar a la familia. El padre da la mano al hijo mientras sube la escalera y pienso que cuando llegue arriba se echará a volar. Mi mano traza líneas sola, de arriba hacia abajo, tachando prolijamente el dibujo. Las rejas. Entonces la llamo a Carola y le digo que venga con la cámara.

domingo, 19 de abril de 2015

Día de mirarse al espejo

No hay enemigo más poderoso que la autocensura.

The mask
The mask by Ulf Klose, on Flickr

92 palabras de yapa

Me da por dibujarlos: papá, mamá, nenito, la familia tras las rejas. Es raro, ¿no? Encerrados para jugar. Mario me trae el café y la jarrita con leche aparte. Leche fría, ya no necesito aclararlo. Pone el platito con la medialuna a mi derecha. No debería, sé que no; pero qué quieren, las medialunas sopadas en el café me recuerdan a mi abuelo, a los desayunos de domingo en la plaza del pueblo. Si pido un café es con medialunas, una al menos. Puedo ponerle edulcorante, pero no puedo tomarlo sin recuerdos.

viernes, 17 de abril de 2015

Día de ponerse nervioso

—Tonterías —interrumpe el viejo escritor de Florida— eso de que esta es una época estresante es una tontera como una casa. Vivir con miedo de que te mate un animal, una infección o simplemente el hambre. Temer que venga la langosta o los hongos o el gorgojo y te dejen sin cosecha. Temer que tu esposa muera al dar a luz; eso es estresante. Los que dicen eso de la época estresante son una manga de acomodados que no se detuvieron a pensar la suerte que tienen de vivir ahora.
—En todo caso, no me negarás que viven estresados.
—Es que además de acomodados, son pelotudos. Una cosa no ha cambiado desde los supuestamente buenos viejos tiempos: lo malo viene rápido, lo bueno viene lento. El tigre te salta encima, el trigo tarda en germinar. Los ríos arrasan todo en unas horas; los hijos tardan meses en salir del vientre. Como arreglamos buena parte de lo malo, piensan que además lo bueno tiene que venir rápido; como si los tomates en lata no tardaran lo mismo en crecer. Lo de hoy no es estrés, es rabieta de niñatos que quieren todo ya —concluye, y apura otra ginebra.

Yo creo que es fácil hablar desde la mesa del bar, pero por respeto a sus años, no le digo nada.

Abstract Clock
Abstract Clock via photopin (license)

91 palabras de yapa

Llámenme como quieran, pero me encanta. Adoro que Mario sostenga mi silla como si yo no pudiera hacerlo sola. Me encanta la deferencia con la que lo hace. Me pregunta qué voy a hacer hoy, le respondo que no tengo idea. Saco el cuaderno y el lápiz; me quedo mirando el parque. En la plaza de juegos, una pareja ayuda al hijo a subir el tobogán. Trato de verme junto con Lucas en lugar de ellos; pero no me sale ni siquiera ignorando el hecho de que ya no estamos juntos.

jueves, 16 de abril de 2015

Día de sentarse tranquilo y dibujar espirales de café en la espuma de leche mientras se revuelve con parsimonia (y elegancia, no olvidemos la elegancia)


swirl around, curl around, whirl around
swirl around, curl around, whirl around via photopin (license)

90 palabras de yapa

Entro al bar y Mario me saluda con esa melosidad que no sé si es exclusiva hacia mí o parte de su trato general hacia los clientes. Me pregunto si es gay; creo que no. A primera vista parece amanerado, pero al conocerlo encuentro que esa no es la palabra adecuada. Mario es untuoso. Como el aire del bar, está impregnado de café y azúcar. Trazamos dos líneas zigzagueantes a través del bar, yo desde la puerta, él desde la barra. Llega a la mesa justo para ofrecerme la silla.

martes, 14 de abril de 2015

Día de extrañar el mar

En el fondo somos todos marineros; en algún lugar de nuestro cerebro acecha el pez. Será por eso que las playas son tan vocingleras, tan llenas de vendedores y música: para evitar que oigamos el llamado de la sal y tratemos todos de volver a casa.

Low tide at Heswall with a storm brewing 1
Low tide at Heswall with a storm brewing 1 by jimmedia, on Flickr

89 palabras de yapa

Sabés mucho de ellos, sin saber nada. Sin haberlos oído. ¿Es tan importante entonces, dónde y cómo termina un diálogo? Desde acá, con tu telescopio, sabés más de Juan y de Ani que si los conocieras en persona. Las palabras están de más: el entorno, las actitudes, las acciones proyectan lo que las palabras no pueden decir.
Decidís que tendrás que dedicarle más tiempo a la escenografía; al menos lo suficiente para que las paredes puedan absorber las palabras, distraer la vista y hacerse cargo de los silencios inevitables.

lunes, 13 de abril de 2015

Día de romper todo

—Para crear algo —dice el viejo escritor de Florida— hay que destruir otra cosa. Matar un animal para hacer un tambor. Horadar montañas y cortar troncos para hacer una casa. Más árboles para hacer papel en el que escribir.
—En ese sentido —retruco, y le busco las cosquillas—, la computadora es una excelente inversión. Si se creara lo suficiente con una, la destrucción sería mínima.
—Para crear suficiente, estarías destruyendo montones de ideas. Cada cuento, cada poema, cada novela es la tumba en la que yace, oculta a todos, la obra original, tal como estaba en la cabeza del creador.

Toma su ginebra, y los ojos le brillan; ni él se lo cree. O acaso sean lágrimas.

Death of a Hospital finale 07
Death of a Hospital finale 07 via photopin (license)




88 palabras de yapa

Les falta algo, claro: no sabés cómo hablan. A lo mejor ella, con su paso lánguido y su pelo de lluvia, tiene una voz estridente. Tal vez el, con todo su aspecto bonachón y calmado, intercala una muletilla cada tres palabras. No parece, pero podría ser.
Y hablan. Charlan todo el tiempo, mientras comen. Se hacen chistes; a menudo él dice cosas subidas de tono dirigidas a ella, que finge escandalizarse y sonríe como para sí, pero para él. A veces ella habla mucho y el solo escucha.

domingo, 12 de abril de 2015

Día de crear un universo

Era un dios pequeñito y todos los demás dioses se burlaban de él.

Era el dios de los huecos, el que quedaba cuando la ciencia daba la explicación de algo. El dios de los huevos no había creado los cielos ni la tierra, ni a los humanos, ni a los animales y plantas. Tampoco había castigado a la humanidad con un gran diluvio, ni tenía una morada en el cielo ni en la cima del Olimpo. Era el dios que, en todo caso, había creado el Big Bang.

Los otros dioses se burlaban. Los ateos se burlaban de él más que de las otras deidades. Los creyentes que creían en él lo ocultaban, avergonzados.

Con el paso de los siglos, el conocimiento humano fue aumentando. Poco a poco, los antiguos dioses perdieron a todos los adoradores y murieron. Pero el dios de los huecos persistía: siempre había algo que la ciencia no podía explicar, algo que permitía aferrarse a la idea de que "hay algo más". Finalmente, todos los dioses murieron menos él, el dios chiquito, que cada día era más chiquito.

La humanidad se esparció por la galaxia, contactó civilizaciones extraterrestres con las que compartió conocimiento y descubrió que en todas partes el dios de los huecos persistía.

Llegó el día en que la civilización universal toda, que ya había matado a sus dioses, llegó a explicar absolutamente todo el funcionamiento del universo: su creación, la conciencia, los orígenes de la vida. Gracias a los avances en comunicación, expansión de la memoria y enseñanza, no hubo nadie que no comprendiera el gran modelo de las cosas. El dios de los huecos ya no tuvo dónde esconderse.

Pero sucedió que hubo quienes no dejaron de creer en él. Aunque supieran todo de todo, seguían creyendo. Entonces este dios tan chiquitito se transformó en una singularidad, un punto de fe pura en un universo de saber completo. Y la singularidad obtuvo de sí misma una energía infinita.

Entonces el dios de los huecos dijo "Hágase la luz". Y todo comenzó otra vez.

Souvenir Snow Globe
Souvenir Snow Globe via photopin (license)

 87 palabras de yapa

Verlos cocinar te da hambre. Vas a la cocina y sacás un bol con mezclum, le agregás unos fideos y una lata de atún. Volvés al telescopio y seguís mirando mientras comés. No es fácil hacerlo sin mover el lente y perder foco, pero tenés práctica. Ellos todavía no sacan las milanesas del horno. Sacan unos tomates y charlan, sonríen.
Son fascinantes en su felicidad. ¿Cuanto hace que los descubriste? ¿Diez meses, un año? Ni una sola vez discuten, nunca una mirada seria entre ambos. Son perfectos.

viernes, 10 de abril de 2015

Día de mudarse

Dicen que viajando se fortalece el corazón
pues andar nuevos caminos
te hace olvidar el anterior.
Litto Nebbia - Solo se trata de vivir


Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso,
que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.

Armando Tejada Gómez y César Isella - Canción de las simples cosas

Y fuéme peor, pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar y no de vida y costumbres.
Francisco de Quevedo - Historia de la vida del Buscón
No necesito ver hacia dónde voy. Solo saber en dónde he estado.
Mate, parafraseando al mulá Nasrudín, en Cars de John Lasseter y Joe Ranft.

Bus Tickets
Bus Tickets by Timm Suess, on Flickr
Estación de ómnibus de Pripyat, cerca de Chernobyl

86 palabras de yapa

Ella levanta la mirada de su tarea y dice algo, divertida. El respira hondo, deja el póquer y pone la mesa. Cuando pasa junto a ella le da un beso en el hombro y ella apoya su cabeza en la de él, como atrapándolo. Esta noche van a coger, estás seguro.
Se ponen los dos hombro contra hombro en la mesada y arman las milanesas en cadena. Ella las pasa por harina y las deja en la mezcla de huevo; el las toma y las empana.

jueves, 9 de abril de 2015

Día de sentirse afortunado

El hombre, un gigantón trajeado, se acerca a la mesa. Tras ella, otro hombre espera el veredicto, nervioso. El gigantón no prueba la comida; en cambio, la estruja entre los dedos y le muestra al otro el aceite que le quedó de la fritura. El otro hombre baja la vista. Le tiemblan las manos.

Las chicas entran al salón. Son altas, flacas, lindas. Sonríen con esfuerzo. Frente a ellas, el juradouna modelo, un diseñador buen mozo, un personaje que no se sabe bien qué hace pero aporta su toque queer. Van llamando a las chicas, una por una. La primera es la ganadora de la semana. De las dos últimas, una será eliminada. Algunas lloran cuando se salvan; la que pierde llora más.

Más tarde se construirá la épica, la historia del ganador en ascenso. Pero el entretenimiento inmediato es el del descarte, el de las personas rechazadas.

No puedo ver mucho de los reality shows; me dan vergüenza. Ajena al principio, frente a los concursantes que se exponen al escarnio, frente a los jueces que maltratan para las cámaras. Vergüenza propia después, cuando descubro en mí la fascinación frente a la desventura.

Lucky
Lucky via photopin (license)

85 palabras de yapa

Ahí están. Él juega al póquer en la compu. Tamborilea sobre la mesa; no le debe ir bien. Ella sonríe para sí mientras bate unos huevos. Los dos están de entrecasa; él con la remera de Iron Maiden, ella de gimnasia. Tiene esa cosa de las mujeres altas y delgadas que usan la ropa como si el viento la hubiera dejado caer sobre sus hombros. La remera y el pantalón fluyen sobre el cuerpo como si llovieran. El pelo también: todo en ella es lluvia.

martes, 7 de abril de 2015

Día de tomar distancia

Sé la verdad
Pero no puedo decirla
Y debo volver mi cabeza
Y mirar al otro lado
No tengo miedo
Y no mentiré
Mientras no vea nada malo
No tendré que testificar
Veo el mundo
Y estoy mirando desde un lugar alto
Bien por encima de todo
De pie en un terreno superior.
Standing on higher ground
Alan Parsons, Eric Woolfson 
bernal heights park II
bernal heights park II por hobvias sudoneighm, en Flickr

84 palabras de yapa

Lleva un rato encontrar el foco. Recorrés las azoteas allá abajo: la que está cubierta de membrana, como un parche plateado en la oscuridad; la de las baldosas coloniales, llena de flores amarillas; la del cuartito con la puerta desvencijada, donde un pibe  suele subir a fumar porro a escondidas. Llegás al edificio y subís los pisos. Tratás de contarlos, pero te perdés como siempre, y temés que no estén o que no reconozcas las ventanas entre tantas. Pero el temor es pura anticipación.

Día de tomar distancia

bernal heights park II
bernal heights park II por hobvias sudoneighm, en Flickr
"¡Tomar distancia, tomar distancia!", decía la maestra, y hacíamos eco a la orden a lo largo de la fila, con el brazo estirado, tocando el hombro del de adelante.

Sabían que la cercanía permite a las masas conspirar contra el poder.


83 palabras de yapa

Anocheció. El blanco de la pantalla te dejó ciego, y el departamento es una tumba negra. Afuera no hay estrellas, pero hay ventanas. Adentro no hay inspiración y el cursor titila, pero tenés el telescopio.
No. Dijiste que no ibas a hacerlo más.
Pero ahí está. No lo guardaste. Como decía Kipling: si tenés un veneno, tarde o temprano envenenarás a alguien. Está ahí, y te mira. Es lo que sabe hacer, lo único. Los ojos miran.
Te acercás, lo ponés en posición.

Día de tomar distancia

bernal heights park II
bernal heights park II por hobvias sudoneighm, en Flickr

Extraño al Dr. House. Una de las cosas que más me gustaba del personaje es cómo simbolizaba la paradoja de la medicina moderna, que comenzó a avanzar cuando dejó de mirar a los pacientes uno por uno y se concentró en la estadística. Cuando los árboles dejaron ver el bosque, aparecieron las enfermedades detrás de los enfermos.

La contracara es la famosa "frialdad" de la ciencia, de los números. Por eso House se negaba a ver a sus pacientes (cosa en la que, por esos avatares de la narrativa, fracasaba estrepitosamente).

¿Quién tiene tiempo de hacer números cuando hay alguien sufriendo?, preguntan. "Yo", responde House. "La compasión es un obstáculo. No necesito ver tu dolor para saber que sufrís; necesito no verlo, necesito no verte para llegar a la raíz del sufrimiento y terminar con él."

82 palabras de yapa

Pero el cursor titila y el diálogo sigue inconcluso. El diálogo sigue, pero ya no importa lo que digan. ¿Entonces? ¿Esa es una justificación? Chico mira a chica, chica sonríe a chico, acerca la cara, él la besa, fundido a negro: eso es narración. Todos saben lo que sigue. Dos personajes hablan y el diálogo se corta, de pronto, sin razón alguna: eso es una porquería innominable.
Pero el cursor titila, y no se te ocurre ni una palabra que agregue nada.

jueves, 2 de abril de 2015

Día de nadar contra la corriente

Pero cuando siguieron andando (él no volvió a tomarla del brazo) cada uno llevaba su ramo, cada uno iba con el suyo y estaba contento.
Ómnibus - Julio Cortázar

En 1951, un señor llamado Solomon Asch hizo un experimento. Los participantes, reunidos en una sala, tenían que mirar un par de cartas. En una carta había una línea, y en la otra tres. Había que decir cual de las líneas en la carta de tres era idéntica a la línea única.
Era fácil. Solamente un 0,7% de las respuestas fue incorrecta.
Pero ahora viene el truco: del grupo que estaba respondiendo, solo una persona era sujeto del experimento. Los otros eran cómplices del experimentador, instruidos para contestar unánimemente bien o unánimamente mal. El 0,7% de error corresponde únicamente a las respuestas del sujeto del experimento cuando los cómplices respondían bien. Cuando los cómplices respondían mal, el 36,8% de las veces el sujeto dio la respuesta errónea. El 75% de los  sujetos dio al menos una respuesta errónea, y solo el 25% porciento restante se mantuvo en sus trece siempre.
El experimento se ha repetido más de una vez, con o sin variaciones. Los porcentajes varían, pero el efecto de conformidad se sigue observando.

Entiendo al 75%, del que seguramente formo parte: ir en contra de la opinión de la mayoría es la cosa más estresante del mundo. Y aunque estés seguro, la duda se te meterá en el cerebro como un gusano gris.


Dare to be different, Struy forNH3939





81 palabras de yapa

El cursor titila. El que inventó el cursor titilante, pensás, fue un genio. Esa rayita o cuadradito que aparece o desaparece es el pulso de la máquina, la señal de que está viva. Pero también es el ojo que parpadea sin párpado, la mirada implacable del esclavo que destrozará al amo si no recibe órdenes.

El cursor titila, y otra vez no sabés qué escribir. ¿Cómo termina un diálogo? Viene alguien a interrumpir, o llega el colectivo, o el silencio incómodo.